Entrevista
a Miguel Noguera
Introducción
a Miguel Noguera:
No
cabe duda alguna que si se habla de Miguel Noguera, se habla de un
“personaje” (aunque detrás hay una persona...) bastante,
bastante peculiar. Es difícil encasillar su discurso humorístico en
ninguna parte, pero tampoco creo que esta deba ser nunca una
pretensión última: lo importante es disfrutarlo, es observarlo.
Al entrevistar a Miguel Noguera, uno no puede pretender salir airoso del asunto. Noguera fue muy amable conmigo y convirtió todo en una charla distendida, que espero que fuera de su agrado, de casi 3 horas en las que fuimos más allá de un pregunta-respuesta y en las que se habló de humor, arte y otras muchas cosas. De este modo, la transcripción de la entrevista no era tarea fácil y pierde mucho fuelle pero, aún así, creo que debía hacerla. De todos modos, recomiendo encarecidamente que se oiga el extracto del audio de la entrevista (con sonido ambiental de fondo, pero soportable) que se haya en el siguiente enlace: https://archive.org/details/EntrevistaNoguera-AlexMesa. No dejara indiferente a nadie:
Antes que nada, quisiera reiterar mi gratitud hacia Miguel Noguera por su amabilidad y disposición a colaborar con su tiempo y sus ideas.
Extracto de la entrevista a Miguel Noguera
(Min
0)
- Previamente, he dicho que, bajo ningún concepto, creo que sería oportuno malgastar esfuerzos en tratar de “encasillarte”. No obstante, para calentar motores, me gustaría que me dijeras, ¿Cómo te definirías? ¿Cómo humorista? En ese caso, ¿Cómo definirías tú humor?
Está
bastante claro que la gente, en su mayoría, valora lo que ve de mi
(sobretodo los ultra-shows y los libros) como humor. Como algo que
tiene ver con el humor. Sin embargo, mi apreciación interna y
personal es un poco diferente. En mi intención, cuando me levanto
cada mañana, no está hacer humor. No es algo en lo que pienso,
al menos. No pienso: “voy a esforzarme en parecer gracioso”.
Quizás,
la clave de todo está en la forma en cómo trato las cosas (mis
ideas) que sí tiene, obviamente, un trasfondo bufonesco, una
especie de exhibición de la ignorancia que resulta cómica... Hay
algo, también, de ridículo.
Siempre tengo una visión más bien artística de
lo que hago. Esa es mi pretensión y eso creo que muestran mis
contenidos.
Para
mi, en definitiva, el humor es un efecto de lo que hago. No una
finalidad en sí misma.
(Min 6:00)
- Seguramente, lo que provoca risa, dentro de tu forma de hacer las cosas, es que eres constantemente inadecuado... Para empezar, sueles empezar “por en medio”.
Sí,
esta claro. Eso está en lo que hago. Siempre trato, no solo de que
resulte imprevisible o inesperado lo que va a suceder, sino que
resulte difícil juzgarlo. Solo pretendo que se presente ahí (una
imagen, una idea...) y ver qué suscita.
(Min
9:10)
- ¿Por qué crees que tú humor conecta con el público?
No
es algo en lo que piense mucho. Pero puede que llame la atención de mí
el hecho de que, estéticamente hablando, no me tomo nada en serio.
Si
todo lo que digo en un espectáculo, lo dijera como si realmente me
lo tomara en serio, entonces sí que creo que sería un show muy
ridículo.
(Min
11:45)
- ¿Definirías tú humor (por mucho que lo veas solo como un efecto, y no como una pretensión) como absurdo? Si es así, seguramente debas matizarlo. Pues no es el absurdo al que se nos tiene acostumbrado...
No
sé, la verdad. No es algo en lo que suela pensar. No me gustan los
juegos de etiquetas. Y además no veo claro el terreno del
pensamiento en el que se mueve el humor. Es poco sólido, quizás.
Sé
que algunos de mis referentes son clasificados en esta categoría.
Pero cómo no tengo claros los términos, no es algo que me
interese.
Si
por humor absurdo entendemos como un no saber bien el porqué se
provoca la risa, una falta de conexión con unos referentes claros
(en contraposición, quizás, a la ironía u otras formas de humor
más conectadas con la realidad), pues entonces sí que se puede
decir que estoy próximo al absurdo.
De
todos modos, no me postulo a mí mismo como un humorista de lo
absurdo.
(Min
20:25)
- Considero que tú eres una persona que sacas lo excepcional de lo normal. Me explico. Seguramente, la mayoría solemos pensar, con mayor o menor frecuencia, ideas absurdas, rocambolescas... como las que tú apuntas en tus folios. No obstante, pocos podríamos sacarle tanto reedito como tú. Convertirlo en algo tan gracioso. ¿Te costó mucho adaptar esas ideas a un discurso que gustara y resultara coherente?
Sí,
bueno. Sólo hace falta ver mis shows de ahora, comparados con los
que hacía hace unos años cuando comencé y que no eran sino una
serie de actos algo gamberros y muy crípticos en los que no siempre
conseguía hacer gracia. De algún modo, eso no se ha perdido del todo, pero sí que es cierto que ahora hay una selección mucho más
clara de mis ideas, con el fin de que puedan gustar y resultar más
o menos comprensibles para el público. Pero esta selección se
produce de una manera bastante natural. Pienso en las ideas que se
me ocurren e intuitivamente suelo pensar también en cuáles pueden
funcionar y cuáles no.
A
veces también hay un espacio para la experimentación. Simplemente
pienso: esta idea me gusta y la voy a contar, a ver qué sucede.
Aunque, claro está, siempre tiene que haber un bloque, digamos más
sólido, que sustente el show, no puedo confiarlo todo a ideas que
simplemente me gusten a mi pero que pienso que es más que posible
que no produzcan una aceptación generalizada.
(Min
37:05)
- Por lo que estás comentando hasta el momento, ¿tú te ves más como artista que como humorista?
Bueno...
Siempre he dicho que si me tengo que identificar más con algo, es
con un campo artístico, sin duda. No obstante, por más que por
formación sea afín, y haya estado próximo a círculos artísticos,
nunca he estado dentro del todo.
Mi
visión del artista es, de todas formas, romántica. Entendiendo como
tal, una visión del artista como algo ajeno, en gran medida, a los
círculos donde se “cuece” el arte, un artista también ajeno a
la crítica y la recepción, de alguna manera, una visión del
artista como incomprendido. Un artista creador, ensimismado en su
mundo (pensando que, quizás, el mensaje nunca llegue a nadie...
pero que aún así necesita transmitirlo).
Esta
visión tiene un punto de ruptura y patetismo pues, al fin y al cabo,
el artista solo depende de que el otro (el público potencial) lo
acepte. Y esto es algo que se niega a sí mismo al estar ajeno a
ello.
Además,
es una visión de un artista muy polarizado: se pasa de creerse que
es un genio a un desgraciado en un instante.
A
mi, por tanto, podríamos decir que el humor me viene como de forma
lateral. No me identifico con la forma de pensar y de proceder, del
discurso, de la narrativa del humorista.
(Min
40:55)
- Desde casi el comienzo de esta entrevista, hemos estado hablando de arte y humor, como dos terrenos muy diferentes. Sin embargo, muchos humoristas de tu generación tenéis en vuestro currículum la titulación en Bellas Artes. Pero da la sensación de que el mundo del arte es muy serio: poco abierto al humor (como es el mundo académico, en general). ¿Te da a ti esa misma sensación? Y si es así, ¿A qué crees que se debe?
Creo
que hay de todo. Hay propuestas en el mundo del arte que se
relacionan mejor con el humor, y otras que no tanto.
Aunque
sí que es cierto que, quizás, el papel del humor está bastante
acotado en el arte. Por mucho que exista incluso la figura del
artista idiota que se ríe de él y de todos, sí que parece que la
obra del artista siempre tiene que tener una salida posible hacia el
discurso serio. Aunque se haga una idiotez, tiene que dar pie a que
un crítico la formalice de manera seria.
En
ese sentido, sí que es verdad que quizás los que, como yo, acabamos
entroncando más con el humor (de aquellos que tenemos formación
artística), sí que no necesitamos esa aprobación, regulación...
No tiene que haber una explicación última que pueda dar el crítico
(seriamente) de aquello que hacemos (que yo hago). Suena frívolo,
porque lo es.
(Min
48:45)
- Atendiendo a las enormes diferencias existentes con lo que tú sueles practicar (diferencias teóricas que, sí quieres, podemos comentar) ¿Qué opinión te merece el humor crítico y/o la sátira?
No
tengo una opinión bien formada de este asunto, principalmente porque
no es algo que me interese ni tan siquiera como público.
Es
interesante ver, por ejemplo, el compromiso que tiene EL ROTO en sus
viñetas. También me parece reseñable la función de eljueves o
Revista Mongolia.
Pero
lo mío es formalismo puro. No se me puede pedir una reflexión sesuda
sobre el humor crítico porque es bastante ajeno a mi. No va con mi
carácter. Puedo tener una opinión sobre determinadas cuestiones,
pero no va más allá. No puedo transformarla en parte de mi
espectáculo.
(Min
51:45)
9 . ¿Eres consciente de cuantas veces dices “joder” en tus
ultra-show? ¿Es una manera de poder comenzar por “en medio”?
¿Es decir, un recurso para dar rienda suelta a tus ideas sin tener
que explicar su origen?
Creo
que eso era una manía que tenía sobretodo hace unos años. En los
últimos tiempos creo que ha ido desapareciendo. Ya me lo había
dicho mucha gente, y consideré que, quizás, era algo feo. En el
fondo no me gustaba.
Al
principio sí que era un recurso que quedaba bastante natural, y que
podía servir, como dices, para poder comenzar (“por en medio”)
a expresar una idea. Pero a fuerza de repetirse ya perdió su
gracia y su naturalidad. Quedaba ya como una parodia de mi mismo.
(Min
54:40)
- En tus ultra-shows a menudo “suspendes” las leyes fundamentales de la Lógica: cambias de tono constantemente (utilizando tonos rígidos, graves y contundentes para temas sin dicha trascendencia), respondes a preguntas retóricas... Umberto Eco, ya dijo que lo cómico es tal porque se viola una regla asumida por todos pero, a diferencia, de lo trágico, esta regla no es explicitada, sino que se da por sabida por parte del espectador. ¿Te da miedo, a veces, no ser comprendido y, por tanto, no provocar risa? En “En el Aire” de Buenafuente, ya dijiste que al tener que vivir ahora de esto... tenías que ser más cuidadoso con lo que decías. ¿Realmente cuanto “filtras” de todo lo que dices?
Lo
que realmente me da miedo, cuando me subo a un escenario, es no
poder “leer” lo que está pasando en el público. No poder
conectar con él y saber cuando algo de lo que digo está teniendo
gracia y cuando no. Porque si me falta esta conexión, me falta la
capacidad para corregir y para ser oportuno (gracioso) en cada
momento.
Si
no soy comprendido, no soy comprendido. No pasa nada. El problema
está en no darme cuenta de que estoy siendo incomprendido: eso sí
que me preocupa.
(Min
62:45)
11.
Bajando un poco el tono intelectual, quería comentarte lo que no es
más que una anécdota... Sabes que en un ultra-show en Madrid,
estuvieron los que aún eran entonces Príncipes de Asturias (hoy ya
Reyes). ¿Hablaste con Doña Letizia? ¿Le gustó tu espectáculo?
Sobreentiendo,
del hecho que se quedara hasta el final del show para saludar, que
le gustó lo que hice. Pero no recuerdo que me comentara nada al
respecto.
Por
supuesto, me sorprendió mucho que estuvieran los Príncipes viendo
mi espectáculo.
Es
indudable que un poco de miedo e inquietud provocaba esa situación.
Más que nada por el alcance mediático que esto podía tener (que
se me relacionara, para bien o para mal con la Monarquía, cuando no
es en absoluto mi intención). Por suerte, no fue para tanto.
(Min
66:45)
- Aquellos que desarrolláis una especie de humor absurdo, tenéis una suerte de privilegio que no tienen otros muchos humoristas, sobretodo los más críticos, y es que no recibís tantas quejas y reproches de nadie (en cuanto a la inoportunidad, carácter ofensivo... de vuestro humor). ¿Lo ves así? ¿O aún así crees que tú humor puede resultar incomodo a según que personas ? (que no incomprendido, eso es otra historia).
Supongo
que también puede resultar incómodo lo que hago... aunque
seguramente no ocurre la mayoría de las veces.
De
todas maneras, no creo que sea una ventaja lo de la no-recepción
masiva de reproches por lo que hacemos, sino más bien un logro del
humor crítico/político haberlas conseguido. Al final, es lo que se
busca con esa forma de humor: tocar la fibra un poco, hacer ruido,
inquietar, desvelar algo. Así que sí se enfadan, seguramente es
porque se va por buen camino.
A
nivel personal sí que quizás es un privilegio el no recibir tantas
quejas o reproches, pero más que nada porque yo no soportaría que
estuvieran todo el día insultándome. Pero entiendo que los que hacen humor crítico buscan adentrarse en un mundo que ya es así, y
por lo tanto no les sorprende que provoquen agitación sino que, más
bien, les muestra que están haciendo su trabajo como lo tienen que
hacer.
Alex Mesa (entrevista realiza el día 16 de julio de 2014).
Nota:
Tanto el audio como la transcripción escrita de esta entrevista, puede
ser utilizada, copiada... siempre y cuando se cite la fuente original
(página web: www.filosofiadelhumor.com) y el autor (Alex Mesa) de la
misma.
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